Las democracias liberales arden en los contenedores

por Andrea Zhok

A la luz de los graves enfrentamientos en París tras el asesinato de Nael, de 17 años, a manos de un agente de policía, surgen muchas preguntas.

En primer lugar, salta a la vista la ausencia de una imagen inteligible en los medios de comunicación sobre las posibles causas de este brote de violencia (que ya es una constante cíclica en Francia). En la descripción de los hechos que se encuentra en la mayoría de los periódicos, es difícil entender con claridad por qué las banlieues se amotinaron. Por la forma en que las autoridades y los periódicos describen el suceso, parece un incidente desafortunado que podría ocurrirle a cualquiera. Pero la percepción de las clases populares de las banlieues es que se trata manifiestamente algo que les afecta a ellos y no a la «juventud francesa» en general. ¿Hay que decir que son víctimas de una ilusión? Si se trata de una ilusión, es algo muy persistente porque los disturbios en las banlieues han sido acontecimientos recurrentes durante décadas.

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