por Benjamin Mateus y James Cogan
La respuesta a la pandemia de coronavirus 2019-nCoV que comenzó en Wuhan, China, está asumiendo dimensiones cada vez más aterrorizadas y nacionalistas a medida que la escala de la dislocación económica y social se vuelve más clara. Una gran proporción de las industrias de fabricación de exportaciones masivas de China están en virtual cierre, los países están tratando de sellar sus fronteras y los mercados financieros están girando a medida que se agotan las existencias de las empresas expuestas. Se ha expresado la preocupación de que la emergencia médica podría ser el evento del «cisne negro» que desencadena otra crisis mundial.