por Dora Dimitrova y Joe Attard
Las noticias sobre vacunas potencialmente viables ofrecen un rayo de luz al final del túnel. Pero, mientras que los trabajadores sufrirán la peor parte de la crisis del coronavirus, los principales monopolios farmacéuticos empiezan a frotarse las manos.
Millones de personas en todo el mundo están jubilosas porque pronto esté disponible una vacuna COVID-19.
Los gobiernos burgueses, que priorizan las ganancias capitalistas sobre las vidas humanas, no han logrado contener esta pandemia. Las masas no tienen fe en los políticos y están poniendo sus esperanzas en una cura. Pero no hay cura para la enfermedad del sistema capitalista, que buscará sacar provecho de este avance en detrimento de la humanidad.