por César Uco y Don Knowland
Qatar, un país sin tradición en el juego del fútbol pero que posee billones de petrodólares, fue seleccionado por la FIFA (Fédération Internationale de Football Association) para albergar la Copa del Mundo de 2022. Esto se debió principalmente a las extensas relaciones comerciales del régimen de Qatar con las economías más grandes del mundo y sus servicios al imperialismo estadounidense, que mantiene hasta 10.000 soldados en la Base Aérea Al Udeid de Qatar. Junto con la presión política manifiesta, la larga historia de soborno y corrupción de la FIFA jugó su parte.