por Boris Kúleba
La sensación de participación, en vez de una participación real, es lo que terminó por dejar conformes a los más recientes activistas aficionados de la estética costera de Valparaíso. No así a quienes tradicionalmente han defendido las causas porteñas y su borde costero, quienes ven como el lobby y la manipulación mediática están promoviendo un rechazo al uso portuario de nuestro propio puerto para favorecer su uso como terrenos destinados a pasatiempos para urbanistas y turistas. Unos quieren puerto, otros quieren parques. Los porteños y los parqueños.