por Cédric Durand
La bifurcación ecológica no es una cena de gala. Después de un verano de eventos climáticos extremos y un nuevo informe del IPCC que confirma sus pronósticos más preocupantes, gran parte del mundo está ahora siendo sacudido por una crisis energética que presagia más problemas económicos en el futuro. Esta coyuntura ha enterrado el sueño de una transición armoniosa a un mundo post-carbono, poniendo en primer plano la cuestión de la crisis ecológica del capitalismo. En la COP26, el tono dominante es de impotencia, y las miserias inminentes han dejado a la humanidad acorralada entre las exigencias inmediatas de la reproducción sistémica y la aceleración de los desórdenes climáticos.