por Patrick Martin
Las diatribas del presidente Donald Trump durante los últimos tres días no tienen precedente en la historia de la Presidencia estadounidense. Trump, respaldado por una camarilla de asesores en la Casa Blanca, habla abiertamente como un fascista, demonizando a personas de diferentes razas y orígenes nacionales, envileciendo el socialismo y declarando que aquellos que se opongan a las políticas de su Gobierno son desleales al país y deberían irse.