Hace ya algo más de cien años, el 16 de agosto de 1867, a las 2 de la madrugada, Marx anuncia a Engels que acaba de terminar la corrección de la última página de su libro: el primer libro de El Capital. “He terminado este volumen. Sólo á ti debo el haber podido hacerlo. Sin la dedicación que me has prestado, no me habría sido posible realizar los trabajos requeridos por estos tres volúmenes. Te abrazo con el corazón lleno de gratitud… Saludos mi querido, mi muy querido amigo”.
A través de esta obra el proletariado internacional pudo conocer las razones de su miseria y los medios para acabar con ella de manera revolucionaria. Los prodigiosos descubrimientos de Marx y Engels iban a permitir que las masas obreras dieran una orientación correcta a sus luchas. El sistema capitalista había sido puesto al desnudo, se analizaban las condiciones de su nacimiento, de su desarrollo y de su supresión. Se señalaba así cuáles eran las condiciones objetivas de la revolución. La época de las utopías había terminado.