por Gustavo Buster
La batalla de la ayuda humanitaria del 23 de febrero ha terminado con un importante fracaso de la oposición pro-imperialista venezolana. Ni la jornada de movilización previa, a través del concierto Venezuela Aid Liveorganizado por el multimillonario británico Richard Branson, ni el intento de introducir la llamada “ayuda humanitaria” a través de una movilización popular que desbordase el control fronterizo de la policía venezolana, han alcanzado los niveles mínimos. Los informes desde el terreno y los numerosos reportajes filmados son un testimonio poco discutible del fracaso anunciado.