por Felipe Portales
La persecución a los mapuches no terminó con la culminación de su parcial genocidio en 1881. Todo el proceso posterior de su forzada radicación en reducciones estuvo plagado de arbitrariedades, nuevos despojos y violencia. De este modo, durante “las tres primeras décadas del siglo XX (…) se produjeron las grandes usurpaciones sobre las tierras otorgadas en la radicación (…) se calcula que (…) casi un tercio de las (tierras) concedidas originalmente en mercedes, fueron usurpadas por particulares” (José Bengoa.- Historia del pueblo mapuche. Siglos XIX y XX, Tomo II; LOM, 2000; pp. 369-70).