por Óscar Martínez
Según Marx y Engels, el socialismo es una fase transitoria de la humanidad que requiere de una extensión planetaria para poder pasar a la siguiente fase, el comunismo. Sin embargo, muchos partidos autodenominados “comunistas” o “de tradición comunista” fijan sus objetivos en establecer una república socialista a nivel nacional, obviando por completo la necesidad mundial del socialismo y desechando el internacionalismo como una estrategia política.