por Julio N. Magri
Hace pocas semanas, una organización que decía pertenecer a las filas del trotskismo resolvió disolverse, una vez más, en un agrupamiento centrista sobreviviente del viejo oportunismo socialdemócrata. Nos referimos al PRT (La Verdad) que, luego de fracasar en sus intentos con el Partido Socialista de Selser (integrante de La Hora del Pueblo) terminó disolviéndose en el de Coral. Si hasta ahora polemizábamos con militantes y con una organización que decía defender el programa del trotskismo y de la 4a. Internacional, hoy debemos hacerlo con tránsfugas declarados del trotskismo que renuncian, hasta de palabra, al bolchevismo, al programa de transición y a la revolución permanente.