por Amy Fleming / Ruth Michaelson / Adham Youssef / Oliver Holmes / Carmela Fonbuena / Holly Robertson
Cuando la ola de calor de julio azotó la provincia canadiense de Quebec, matando a su paso y en poco más de una semana a más de 90 personas, el sol implacable evidenció las disparidades entre ricos y pobres.
Mientras los acaudalados residentes de Montreal se refugiaban en oficinas y casas con aire acondicionado, las personas sin hogar –que por lo general no son bienvenidas en espacios públicos como centros comerciales y restaurantes– intentaban en vano escapar de la ola de calor