por Francisco Torres
1.
Partamos señalando algo claro: el Plebiscito es un subproducto de la rebelión –es decir, de la lucha de clases- y como tal, por un lado empalma con el impulso genuino de poder, de decisión que atraviesa al pueblo, pero, bajo el alero y los resguardos del régimen del 15N: ¿hasta qué punto el Plebiscito y su camino son parte de un desvío y una distorsión? ¿Hasta qué punto la izquierda va al carnicero (nuevamente, como el 89´)?