por Carlos X. Blanco
De nuevo Marx y adiós a la izquierda (y adiós a la derecha también)
De aquellos polvos, estos lodos. La expresión, no por manida, deja de ajustarse perfectamente a la suciedad que ha cubierto la superficie de los partidos de izquierda a partir de aquel fatídico 1989.
Polvo y lodo, así como acumulación de errores y tergiversaciones, constituyen buenos ejemplos sucias sustancias que bien podría mostrar gráficamente la trayectoria de la izquierda occidental desde entonces. El polvo y el lodo manchan, pero también pueden servir para cubrir bajo espesas capas las numerosas carencias de la izquierda, esto es, de las organizaciones, los liderazgos y las producciones teórico-prácticas hechas bajo la consigna del socialismo y del comunismo. Capas que cubren especialmente aquella izquierda que antaño se reclamaba del marxismo. Y decimos en pasado, reclamaba, por causa de la enorme confusión y caos que habita en el mundo paralelo de la llamada y auto-proclamada izquierda actual sepultada bajo el Muro de Berlín.