Bill y Arlene Miller eran una pareja feliz. Pero de vez en cuando se sentían que solamente ellos, en su círculo, habían sido pasados por alto, de alguna manera, dejando que Bill se ocupara de sus obligaciones de contador y Arlene ocupada con sus faenas de secretaria. Charlaban de eso a veces, principalmente en comparación con las vidas de sus vecinos Harriet y Jim Stone. Les parecía a los Miller que los Stone tenían una vida más completa y brillante. Los Stone estaban siempre yendo a cenar fuera, o dando fiestas en su casa, o viajando por el país a cualquier lado en algo relacionado con el trabajo de Jim.
Raymond Carver
Cuento de Raymond Carver: «Bolsas»
Es octubre, un día húmedo. Desde la ventana del hotel veo demasiadas cosas de esta ciudad del Medio Oeste. Veo cómo se encienden las luces de algunos edificios, veo cómo el humo de las altas chimeneas se alza en columnas espesas. Me gustaría no tener que mirar.
Raymond Carver: "Meditación sobre una frase de Santa Teresa"
Hay una frase en prosa de los escritos de Santa Teresa que me pareció cada vez más importante a medida que pensaba en esta ocasión, así que resolví ofrecer una meditación sobre la sentencia. Fue usada como epígrafe en una reciente colección de poemas por Tess Gallagher, mi querida amiga y compañera que hoy está aquí conmigo, y tomo la frase del contexto de su epígrafe.
Poema de Raymond Carver: Tu perro se muere
Lo atropella una furgoneta.
lo encuentras a la orilla de la carretera
y lo entierras.
te sientes mal.
Un cuento de Raymond Carver: «Póngase usted en mi lugar»
Estaba pasando la aspiradora cuando sonó el teléfono. Había ido haciendo todo el apartamento y ahora estaba en la sale, utilizando el accesorio de la boquilla para llegar a los pelos de gato que había entre los cojines. Se detuvo y escuchó: luego apagó la aspiradora. Fue a coger el teléfono.