por Elliot Murtaugh y J. L`Heureau
El año 2020 estuvo dominado globalmente por la pandemia de COVID-19. Todos los ámbitos de la vida social se vieron alterados de forma significativa e irrevocable por la pandemia, incluyendo la vida artística y cultural.
El impacto en esta última esfera —uno de los logros humanos más preciados, sensibles y vulnerables— ha sido enorme, aunque desigual. La música en vivo y las visitas al cine y a los museos, por ejemplo, han sido devastadas por razones obvias.