por Guillermo Correa
El período de la Unidad Popular fue de una gran efervescencia, en donde los desencuentros, las opiniones y las visiones diferentes respecto a la forma en que debía ser llevado adelante el proceso transformador de la sociedad, se vivieron enérgicamente. Esto se tradujo en momentos de intensa discusión ideológica, no solo entre los diferentes partidos que conformaban la coalición de gobierno, sino que también al interior de cada uno de los distintos conglomerados políticos, tensiones propias de un proceso en ebullición permanente, en donde muchas veces la práctica concreta de las bases era discrepante con las directrices emanadas desde sus propios partidos.