por Higinio Polo
Ródchenko había nacido en la capital de la Rusia zarista, en 1891, e inició su actividad artística en el momento en que las corrientes espiritualistas del arte ruso se concretaban en las propuestas de Kandinski y Malévich, y, al mismo tiempo, crecían las ideas sobre un arte sin-objeto de la mano de artistas como Olga Rozanova, Liubov Popova y Alexandra Ékster (las tres, no por causalidad, son mujeres), y se configura la propuesta racionalista de Tatlin. Ródchenko se ve envuelto en la frenética actividad de los partidarios del suprematismo, en esos años inquietos previos a la revolución que se convertirán, poco después, en tiempos convulsos con la agresión capitalista a los sóviets y con el inicio de la guerra civil. Los artistas se implican en la revolución, y mujeres como Liubov Popova y Alexandra Ékster, y la que sería la compañera de Ródchenko, Varvara Fiódorovna Stepánova, se convierten en defensoras del socialismo y en símbolos del nuevo papel de la mujer.