Venezuela: sólo el proletariado y la mayoría nacional oprimida pueden derrotar la contrarrevolución

de POR-Massas (Brasil)

El imperialismo da por hecho que la crisis venezolana entró en la fase decisiva del desenlace. En Brasil, la prensa se refiere a la «agonía de una dictadura». Un gran cerco fue montado, bajo la dirección de los Estados Unidos. La ofensiva contra el gobierno de Maduro se caracteriza por la intervención imperialista en los asuntos internos del país, apoyándose para ello en el entreguismo y servilismo de la oposición, ahora encabezada por Juan Guaidó. Se combinan medidas militares y diplomáticas desde el exterior, junto al sabotaje económico y a las presiones para dividir a las Fuerzas Armadas y, así, crear las condiciones para una guerra civil. Los Estados Unidos, organismos internacionales y gobiernos latinoamericanos se ponen la máscara diplomática de la «defensa de la democracia» y del «humanitarismo «, como si fueran salvadores del pueblo venezolano. Ocultan el interés de los Estados Unidos y de las petroleras en poner manos sobre las ricas reservas petroleras de Venezuela.

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El EZLN enfrenta a López Obrador

por Carlos Hernández López 

Marx dice que las revoluciones son las locomotoras de la historia. Pero tal vez las cosas sean diferentes. Quizá las revoluciones sean la forma en que la humanidad, que viaja en ese tren, acciona el freno de emergencia

Walter Benjamin

O, en el tren de los Lumiere, dicen: “pero qué tontos, ¿por qué siguen en el andén y no se suben al tren?”. O “he ahí una muestra más de que los indígenas están como están porque no quieren progresar”. Alguno más aventura “¿Viste qué ropa tan ridícula usaban en esa época?”. Pero si alguien nos preguntara por qué no subimos a ese tren, nosotros diríamos “porque las estaciones que siguen son “decadencia”, “guerra”, “destrucción”, y el destino final es “catástrofe”. La pregunta pertinente no es por qué no nos subimos nosotros, sino por qué no se bajan ustedes”.

Subcomandante Marcos

La economía mundial entra a pasos rápidos a un escenario cada vez más tenso de conflictividad mundial entre los países más poderosos en la escala global. En este escenario, EE UU reedita el legado de la Doctrina Monroe para decirle al mundo, y en especial a China, que América es para los americanos; ó sea, que Latinoamérica es territorio de seguridad nacional para Estados Unidos, desde la Patagonia hasta el Rio Bravo. El nuevo giro conservador que actualmente vive la región no se pude explicar sin esta consideración.

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