por Ewald Meyer
Cuando Tomás parado en la ventana observa y no sabe qué hacer frente a su existencia, en las primeras líneas de la novela de Milan Kundera La insoportable levedad del ser, presenta la alegoría de un eterno retorno a la manera kafkiana. Tomas no es otro que Gregorio Samsa en la guerra fría ese del socialismo, podría estar también en el neoliberalismo delirante y decadente. Hay un arrastre existencial que a la manera de Sísifo parece continuar no importa en qué sistema. Es ese uno frente al abismo diría Nietzsche en ese afán confuso de avanzar al sin sentido. Hoy trascendente al siglo veintiuno, la obra distraída de Kundera, está plenamente vigente en las actuales turbulencias históricas que enfrentamos.