«Ten piedad de mi larga miseria»
Le fleurs du mal
Charles Baudelaire
Tú que eres tan sólo
una herida en la pared
y un rasguño en la frente
«Ten piedad de mi larga miseria»
Le fleurs du mal
Charles Baudelaire
Tú que eres tan sólo
una herida en la pared
y un rasguño en la frente
Dedicada a una bienamada niña:
en recuerdo de las doradas horas de estío
y de los murmullos de un mar de verano
Niña que lleva un traje infantil, como deben las niñas,
ciñéndole con pantalones de seguros
anhelante de empuñar el azadón;
queriendo descansar en rodilla amiga
se dispone a contar
el cuento que prefiere decir.
La calidad de científico-etnólogo y explorador de mi padre le obligó a dejarme en manos de unos tíos y a confiar mi educación a ellos, lo que también se debió a la inexistencia de una madre —mi madre había muerto al nacer yo—. Su muerte, y la repercusión que tuvo en Angus Brown —tal era el nombre de mi padre—, y que se tradujo en miradas de reproche demasiado explícitas, me hicieron desde un principio considerar mi existecia como algo innoble que debía ser ocultado.