Dedicada a una bienamada niña:
en recuerdo de las doradas horas de estío
y de los murmullos de un mar de verano
Niña que lleva un traje infantil, como deben las niñas,
ciñéndole con pantalones de seguros
anhelante de empuñar el azadón;
queriendo descansar en rodilla amiga
se dispone a contar
el cuento que prefiere decir.