por Pablo Sánchez
Hace setenta años, Barcelona vivía un momento que marcó un antes y un después de la lucha antifranquista. Miles de barceloneses boicotearon los tranvías, les rompieron los cristales y los tumbaron, dejándonos imágenes que bien podrían parecerse a las que hemos visto recientemente en las calles de Barcelona en solidaridad con el encarcelamiento de Pablo Hasél.