por Ibán de Rementería //
La época actual en la lucha por el poder se caracteriza por la pérdida de contenidos en los discursos políticos, la necesidad de las políticas de los acuerdos y los pactos exigen incluso la sustitución del discurso por el relato, no se trata ya de hacer una propuesta de redistribución del poder que mejore la redistribución de la riqueza que es socialmente producida por todos, para así por lo menos garantizar el acceso universal, gratuito y de calidad a los derechos sociales universales como son la salud, la educación y la seguridad social; sino de instalar mediante un relato un producto que ofrezca un conjunto de atributos satisfactorios para los ciudadanos, tales como: liderazgo, capacidad, respeto, energía, credibilidad, confianza, cercanía, etc. Aquí el sujeto de los atributos es precisamente el o la líder. El presente en lo comunicacional se caracteriza por la sustitución creciente del concepto por la imagen –“una imagen vale por mil palabras” dicen los publicistas-, más aún, el concepto es sustituido por el algoritmo –un conjunto de instrucciones-, en la gestión del poder el concepto político es sustituido por el liderazgo, lo que puede estallar en el populismo.