por Pepe Gutiérrez-Álvarez
Si hay un lugar donde la guerra cultural entre la iglesia y el laicismo tuvo importancia desde el principio, fue el cine. La Iglesia era consciente de que los templos se vacían, que las salas de cine eran la competencia y, por lo tanto, hicieron todo lo posible por llevar los púlpitos a dichas salas, una conquista eclesial que todavía se impone como una tradición, sobre todo durante la Semana Santa.