por Amanda Aravena y Felipe Cárcamo
Son las siete de la mañana y Solange Bravo se levanta con prisa para empezar un largo día. Abre las cortinas y despierta a Matilde, la menor de sus tres hijas. Deben bañarse, desayunar y vestirse para salir rumbo a la cárcel de Puente Alto, donde el padre de Matilde las espera. Terminando de comer, Solange le hace dos moñitos en el pelo a la niña. Están listas para salir.