Cuento de Eduardo Antonio Parra: «el pozo»

¿A poco le tienes miedo a lo oscuro? Muy mal, muchacho, se ve que estás acostumbrado a la ciudad. Aquí las noches son largas, a veces hasta de doce horas, y con ellas te enseñas a que lo malo es la luz, el sol, el desierto de día. Eso sí es peligroso: ciega, aturde. Te va dorando lentamente la piel, la garganta, la lengua, hasta mediomatarte. Lo oscuro no, es fresco, agradable, y si te impones, puedes moverte como pez en el agua. Camina, no te me atrases. No sé por qué te pierdes, sólo sigue la cuerda. Yo te guío. No, no te cansas. Mírame a mí: viejo, rengo, con las piernas chuecas, pero no me pierdo ni me caigo. Tú no tienes disculpa, estás joven, con las

Leer más

Ir al contenido