por Niall Binns//
La trascendencia de la guerra española en la literatura universal se mide con toda claridad en dos autores: George Orwell y Pablo Neruda (1904-1973). Nunca llegaron a conocerse pero me gustaría pensar que se vieron desde lejos en el otoño de 1927, siluetas distantes sobre las cubiertas de sus respectivos barcos, rumiando cada uno las incógnitas de sus nuevos destinos, mientras uno abandonaba Rangún para volver a Europa después de cinco años en la policía militar del Imperio Británico y el otro avanzaba hacia la misma ciudad para asumir su puesto de cónsul de Chile, iniciando así un largo descenso al infierno. Un cuarto de siglo después, las obras de estos dos escritores serían los paradigmas de los grandes bloques en que se había dividido el mundo: el apocalíptico anticomunismo de 1984 por un lado; el fervoroso comunismo de Canto general por otro. La existencia de ambos libros está directamente relacionada con la experiencia de sus au tores en la guerra de España.