El café de los existencialistas

por Cristopher Domínguez

Aunque nunca han faltando las buenas historias de las ideas y de los filósofos que las encarnaron, de un tiempo para acá a los editores les ha dado por venderlas bajo la impropia etiqueta de “multibiografías”, pese a que no otra cosa fueron los ya remotos libros de Gaston Boissier, Paul Hazard o Edmund Wilson, sobre Cicerón y sus amigos, la crisis de la conciencia europea previa a la Ilustración o los senderos intelectuales que llevaron a la Revolución rusa. Actualmente circulan dos crónicas de esa naturaleza, más académica la de Stuart Jeffries (Gran Hotel Abismo: biografía coral de la Escuela de Frankfurt) y más periodística sin ser por ello banal, la de Sarah Bakewell (En el café de los existencialistas: Sexo, café y cigarrillos o cuando filosofar era provocar, Ariel, 2017).

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