Pierre Broué: el bolchevismo, el partido y los hombres

En las manos de Lenin, el partido se convirtió en un instrumento histórico insuperable. Las decenas de miles de militantes ilegales que, tras las jornadas revolucionarias de febrero de 1917, volvían a tomar contacto, estaban a punto de constituir una organización que las amplias masas obreras y, en menor medida, las campesinas, considerarían como propia. Tal organización iba a dirigir su lucha contra el gobierno provisional, conquistar el poder y conservarlo. Por tanto, a pesar de la lucha entre fracciones y de la represión, Lenin y sus compañeros triunfaron allí donde otros marxistas que, en un principio, gozaban de condiciones más favorables, habían fracasado: por primera vez en toda la existencia de los partidos socialistas, uno de ellos iba a vencer.

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