por Pablo Stefanoni
Empecemos por el final: el domingo 13 de enero, un avión con policías y agentes de inteligencia italianos aterrizó en el aeropuerto de Viru Viru, en Santa Cruz de la Sierra, y se llevó a Cesare Battisti. El ahora escritor era integrante del grupo armado de extrema izquierda Proletarios Armados por el Comunismo (PAC), que operó en los “años de plomo” italianos y fue condenado a cadena perpetua en Italia por cuatro crímenes, dos como autor material y dos como cómplice. Llegó al aeropuerto militar italiano de Ciampino a las 11.36 del lunes. Allí lo esperaba el ministro del Interior y líder del gobierno italiano, Matteo Salvini, un neofascista que forma parte del eje xenófobo trumpiano tantas veces criticado por Bolivia.