por Francisco Vergara y Carlos Aguirre
Durante la última década la gran cantidad de viviendas construidas no ha reducido significativamente el déficit de medio millón que existe, por lo que los precios de venta y de arriendo no paran de crecer. Los autores sugieren que solo una intervención pública decidida puede sacarnos del atolladero y proponen intervención estatal en el mercado, como se hace en Francia o Singapur; control de precios, como en Viena, y limitación de la cantidad de viviendas por persona, como ya se estudia en Berlín. Estas medidas apuntarían a evitar el acaparamiento que se detecta en Chile. “Sin cambios estructurales el precio de la vivienda seguirá aumentando y la concentración de la propiedad seguirá dándose en el sector de mayores ingresos”, afirman.