por Anthony Zee
Unas cuantas notas tenues
Finalmente, la larga espera había llegado a su fin; la raza humana en el planeta Tierra había escuchado colectivamente la canción del universo.[1] Sí, nosotros, los miembros de una especie más bien malévola aunque bastante inteligente, podemos afirmar con orgullo que hemos detectado las ondas del espaciotiempo, tan solo unos miles de millones de años después de que la vida emergiera del limo primordial.