Que lindo fue ser testigo de los días que siguieron al 18 de octubre del 2019, días donde la gran mayoría del pueblo estábamos unidos… Empezábamos a hablar de las cosas que están mal y soñar con cómo debiese ser una vida mejor. Porque tanto los que salíamos a protestar o a tocar la “ollita”, como los que simplemente apoyaban la manifestación, estábamos de acuerdo bajo un mismo grito: reclamar por este sistema injusto y desigual, que tanta tristeza le trae al pueblo trabajador.