por Mario Livio
El año 1634 fue uno de los peores en la vida de Galileo. Además de estar en arresto domiciliario, no solo se produjo la muerte de su querida hija, sino que tuvo que mantener a los pocos miembros de la familia de su hermano Michelangelo que habían sobrevivido a la peste en Múnich. Lo único que pudo hacer el desesperado Galileo fue enviarles algo de dinero e invitarlos a reunirse con él en Arcetri.