Poco a poco el silencio se ha ido imponiendo, después de recibir la noticia… una sombra espesa avanza desde el fondo de la habitación hasta quedarse prendida en el azul marino del pasamontañas. René había llegado a media mañana del 14 de septiembre con la intención de saludar el cumpleaños y de buscar un refugio seguro. Desde el once, el tiempo cobró un tranco frenético y estrecho, como si las llamas del fuego hubieran penetrado las rendijas del viento. Uno a uno, los combatientes de Neltume se dispersaron y bajaron a las riberas silenciosas de la ciudad ; se fueron despidiendo con ese fulgor deslavado y trágico en los ojos, producto del cansancio, del temor y la desesperanza.