Relato de Juan Guido Burgos: «Terno azul y pasamontañas»

Poco a poco el silencio se ha ido  imponiendo, después de recibir la noticia…  una sombra espesa avanza desde el fondo de la habitación  hasta quedarse prendida en el azul marino del pasamontañas. René  había llegado a media mañana del 14 de septiembre con la intención de saludar el cumpleaños  y de buscar un refugio seguro. Desde el once, el tiempo cobró un tranco frenético y estrecho, como si  las llamas del fuego hubieran penetrado las rendijas  del viento. Uno a uno, los  combatientes de Neltume se dispersaron y bajaron a las riberas silenciosas de la ciudad ; se fueron despidiendo con ese fulgor deslavado y trágico en los ojos, producto del cansancio, del temor y  la desesperanza.

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