por Juan Pedro García
Al finalizar el libro II de la Ética, el largo escolio de la proposición 49 a modo de recapitulación (cierre y apertura hacia nuevos asuntos). Spinoza se detiene a reflexionar sobre la utilidad que puede seguirse de lo que hasta ese momento ha expuesto: a) nos enseña que obramos por el solo mandato de Dios y, por consiguiente, confiere sosiego al ánimo y enseña en qué consiste la felicidad; b) enseña cómo debemos actuar ante los sucesos de la fortuna, contemplando y soportando con ánimo equilibrado las dos caras de la fortuna; c) es útil para la vida social, porque enseña a no odiar ni despreciar, a no burlarse de nadie ni encolerizarse contra nadie, sino a contentarse cada uno con lo suyo y auxiliar al prójimo según lo demanden el tiempo y las circunstancias; d) es también útil para la sociedad civil, porque enseña de qué modo han de ser gobernados y dirigidos los ciudadanos, no para que sean siervos sino para que hagan libremente lo mejor.