La noche del miércoles fui al Festival de cine de Nueva York y fui testigo de una obra maestra cinemática, la película que el mes pasado ganó el gran premio a la mejor película del Festival internacional de Venecia. Se llama Joker, y todos los estadounidenses hemos oído hablar de esta película de la que debemos temer y mantenernos alejados. Nos han dicho que es violenta, enferma y moralmente corrupta, una incitación y celebración del asesinato. Nos han dicho que la policía estará afuera de cada función en caso de que haya «problemas». Nuestro país está en una situación de desesperanza, nuestra Constitución está hecha pedazos y un maníaco imprudente en Queens tiene acceso a códigos nucleares, pero por alguna razón, deberíamos estar asustados de esta película.
Joker
Cine: Joker, tienes lo que te mereces
por Callum Douglas
La nueva película de Todd Phillips, Joker, retrata al personaje principal bajo una nueva luz. Joker, en contraste con las películas anteriores que idealizan el papel del vigilante multimillonario Bruce Wayne, como Batman, sugiere que el sistema capitalista –que produce miles de millones para algunos y para otros, la pobreza y la negligencia social que crea las condiciones para que florezca el crimen– es el verdadero villano de la ciudad de Gotham y que el Joker es una víctima de ese sistema.