por Gonzalo León
En Chile las figuras de Cortázar y Borges suelen asociarse a la centralidad de la literatura argentina, pero lo cierto es que primero la ocupó Cortázar y luego Borges. Con los años, sin embargo, la obra de Cortázar ha sido asociada a un tipo de literatura adolescente en oposición a la complejidad que ofrece la de Borges. Muy pocos escritores han escapado de esa oposición; entre ellos se puede mencionar a Juan José Becerra, que el año pasado publicó la novela ¡Felicidades!, cuya historia gira en torno al autor de Rayuela.