por Iván Contreras y Cristián Oliva
Cada vez que los profesores y profesoras somos ignorados por los gobiernos de turno en nuestras peticiones y justas demandas, cuando notoriamente se abandonan las escuelas públicas, también se abandonan a nuestros estudiantes. La historia educacional de nuestro país, desde el año 1981 en adelante nos ha demostrado que las intenciones de los gobernantes y legisladores, no ha sido, garantizar una educación pública de calidad, como un derecho humano fundamental, sino más bien, convertir este derecho en un “Beneficio condicionado”, sólo para quienes pueden financiarlo, alcanzando mayores y mejores oportunidades, como una especie de canje: si pagas, alcanzas el derecho a la calidad, sino, arréglatelas como puedas. Esta práctica ya instalada, transgrede principios fundamentales de los Derechos humanos (Los derechos humanos son inalienables, no se suprimen ni modifican; y son iguales y no discriminatorios, “Todos los seres humanos nacen libres e iguales, en dignidad y derechos”), impactando de forma negativa, en la formación integral de niñ@s y jóvenes.