“Apenas si hace un mes, un grupo diminuto de trabajadores de mar se declaró en huelga exigiendo lo más natural del mundo: un pequeño aumento a sus escasos salarios. Pero el patrón, ese usurero empedernido, negó ese derecho a sus obreros y declaró que tenía hombres para reemplazarles. En el transcurso de estos treinta días que lleva la huelga, Valparaíso ha presenciado un espectáculo que podremos decir que es la primera vez que se ofrece con los caracteres de hoy.