por Kim Moody
A estas alturas ya habrá leído sobre las huelgas de 2021. Por un lado, hay más, algunas en industrias en las que no hemos visto muchas huelgas desde hace tiempo, como en el comercio minorista, el sector del espectáculo o en las principales empresas manufactureras; otras han tenido lugar en sectores que se volvieron más propensos a las huelgas en los últimos años, como en sanidad y en la educación, casi todos donde los trabajadores se vieron afectados por la pandemia de COVID-19. Para los comentaristas más prudentes, hay un «repunte» de huelgas, mientras que el exsecretario de Trabajo Robert Reich ha sugerido con imaginación que se trata, «de manera desorganizada», de una huelga general. La mayoría de los relatos sobre este aumento visible de la actividad huelguistica las sitúan en el contexto de la recientecoyuntura económica.