por Pablo Sánchez León
Este año 2021 se cumplen quinientos desde la derrota del levantamiento de las ciudades de Castilla, ocurrido en el marco de las pretensiones imperiales de Carlos I de Habsburgo, y seguramente habrá algunos balances historiográficos (un ejemplo en De Carlos Morales y González Heras, 2009). No es aventurar demasiado decir que no van a estar presididos por la renovación interpretativa. Aunque las investigaciones sobre el suceso, sus orígenes y secuelas han seguido aumentando, desde hace varias décadas no puede decirse que haya habido una reorientación significativa en la explicación y comprensión de un suceso que, como es el caso, se considera crucial en la trayectoria de largo plazo de la península ibérica 1/.