por Lautaro Rivara
Los haitianos continuaron en las calles, por sexto día consecutivo, para exigir la renuncia del presidente Jovenel Moise, con protestas cada vez más violentas, que mantienen prácticamente paralizado el país. En la capital, los bancos y las escuelas están cerrados, al igual que la mayoría de los negocios y estaciones de combustibles, algunos de los cuales han sido saqueados por enfurecidos manifestantes que respaldan las protestas, que se iniciaron el pasado 7 de febrero, el mismo día que se cumplió el segundo año del mandato de MoÔse, quien sigue en silencio tras el llamado al diálogo que hizo el sábado y que es rechazado por un sector de la oposición.