Misterio y osos hambrientos en la expedición perdida al Ártico: la intrahistoria de un cuadro maldito

por César Cervera

Resulta difícil determinar si es la estética del cuadro  «El hombre propone y Dios dispone» («Man Proposes, God Disposes») o la historia en la que se basa lo que pone los pelos de punta a quien lo contempla. En la pintura de Edwin Landseer, un oso polar sostiene un hueso humano con deleite entre sus colmillos, mientras que otra criatura se entretiene en arrancar una tela empapada de sangre. En la historia real en la que se inspira el lienzo, el capitán sir John Franklin y los 128 miembros de su tripulación murieron atrapados en el hielo del ártico canadiense intoxicados por el plomo, hambrientos incluso tras recurrir al canibalismo y, lo que aún más claro, con todo rasgo de humanidad congelado.

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