por Janis Ehling
El heavy metal fue la mayor subcultura de la RDA. Pero cuando el Este fue vendido a precio de saldo con la caída del muro de Berlín, la escena del metal no fue una excepción. Cuando los metaleros se pusieron delante de los funcionarios del SED (Sozialistische Einheitspartei Deutschlands– Partido Socialista Unificado de Alemania) y entonaron la brutal «Raining Blood» de Slayer, fue un shock cultural para ambas partes. Mientras los metaleros con su pelo largo cantaban la interpretación más suave posible del clásico del metal, los funcionarios de la comisión cultural, con sus trajes grises y marrones, palidecían.