Se dice que en Ulthar, villa emplazada más allá del río Skai, ningún hombre puede matar a los gatos; cosa que creo firmemente cuando observo al que ahora mismo está ronroneando frente al fuego. Pues el gato es enigmático y se halla cerca de extrañas cosas que el hombre no puede ver. Es el alma del antiguo Egipto y portador de las leyendas de las ciudades olvidadas de Meroé y Ofir. Es el descendiente de los señores de la selva, y heredero de los misterios de la vetusta y siniestra África. La esfinge es su prima, y habla la misma lengua, pero él es aún más antiguo y recuerda todo lo que ella ha olvidado.