El mundo funciona bajo el patrón dólar, la divisa por excelencia, no sólo porque las materias primas cotizan en dólares sino que muchos países piden prestado dólares si éstos se encuentran a un precio atractivo, es decir, un bajo tipo de interés frente a la moneda local.
Esta realidad lleva a que las decisiones sobre política monetaria que emprende la Reserva Federal serán cruciales no sólo para la propia economía estadounidense sino también, para muchos otros países