por Demetrio Brisset
A finales del franquismo, los espectáculos flamencos estaban domesticados y reducidos a la juerga del tablao. Con la irrupción del fenómeno Quejío llegó una nueva etapa.
A finales del franquismo, los espectáculos flamencos estaban domesticados y reducidos a la juerga del tablao. Con la irrupción del fenómeno Quejío llegó una nueva etapa.